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Psicología del BDSM y el Bondage con Cuerdas

Blog, Entrevista, libros shibari · 30/05/2020

Hablando con Sin (y III)

Hoy cerraremos esta etapa con el segundo libro de Sin. Ayer estuve hablando con él sobre su próximo proyecto literario, sobre la necesidad que veo de que se traduzcan libros de shibari al español, y sobre los motivos que nos llevan a querer poner sobre la mesa y hacer accesible información que antes era mucho más dificil de conseguir.

Existe un riesgo al facilitar el acceso a la información a través de medios digitales, y es que se pierde el control de quién la recibe y qué hace con ella. Alguien podría utilizarla para hacer creer a otras personas que tiene más experiencia de la que en realidad tiene.

Justo volvíamos a hablar del porqué hacer el esfuerzo, aquellos que disfrutamos de la tranquilidad que brinda el juego alejado del foco del circuito público, de divulgar conocimiento sobre shibari, kinbaku, bondage o BDSM. Y son las historias que nos cuentan muchas personas que han tenido experiencias no tan satisfactorias como, desde nuestro punto de vista, deberían haber sido.

Es el poder ayudar a estas personas a facilitarles la información, el conocimiento y los recursos adecuados lo que hace que valga la pena todo este trabajo. No tendría que ser tan a menudo que escucho decir a una modelo «es la primera vez que me he sentido tan bien con las cuerdas» o «es la primera vez que no me duele un takatekote» o «cuando digo que soy masoquista tratan de llevarme al límite en la primera sesión.» Y hablo de modelos a las que les habían atado personas «relevantes» de la comunidad.

Cuando le hablé a mi maestro, hace muchos meses, sobre este proyecto me animó a llevarlo a cabo. No porque vaya a hacerlo perfecto, sino porque al poner sobre la mesa información, recursos, links y reseñas, toda la comunidad tendrá, teóricamente, más facilidad para llegar a esa información y el conocimiento general aumentará, posibilitando así el desarrollo de conocimiento nuevo y la evolución de la práctica que compartimos. O eso quise entender.

Esta es la tercera parte de la entrevista con Sin, en la que desarrolló un poco algunos conceptos del libro «Psicología del BDSM y el bondage con cuerdas».

Este libro, más orientado a quien recibe el atado y menos enfocado en sus experiencias en Japón, nos va revelando mucha información útil con su estilo de fácil lectura que hilvana anécdotas didácticas con recursos aplicables.

Desde los conceptos más básicos de BDSM y bondage, hace un repaso por infinidad de conceptos que ayudan a ambos lados de la cuerda a tener un entendimiento más profundo de las experiencias que puede proporcionarles esta práctica.

psicología del bdsm

¿Por qué escribir Libros de Bondage y Shibari?

«La cuerda es algo muy muy profundo y siento que el 99% de las personas sólo está rascando la superficie de todo lo que pueden encontrar. Así que inicialmente empecé a escribir el libro para que la gente no se hiciera daño y evitar que tuviera malas experiencias. Sabía que principalmente serían los bottom, (quien recibe la atadura, un término BDSM explicado en las primeras páginas del libro) quienes leerían el libro y al aprender sobre todos estos conceptos podrían elegir mejor con quién practicar.

Como también las personas que atan deben y pueden aprender mucho de cómo tratar con las personas a las que atan, este libro está sembrado también de píldoras que aportarán recursos interesantes para ellas. En sus páginas revela algunas herramientas o estrategias prácticas como si fueran secretos sacados a la luz, y así consigue atrapar también al lector que ata, proporcionándole un conocimiento que mejorará la experiencia de las personas a las que ate.

Siempre animo a la gente a buscar a alguien con quien poder crecer juntos. Que no se preocupen demasiado por lo técnico: hay lugares obvios por donde no poner la cuerda, pero no hay que preocuparse únicamente por la técnica. Minimizar la cuerda y maximizar la interacción. Porque de lo que realmente trata la cuerda es de la restricción. Ahí está lo delicioso.

La cuerda es mucho más sutil que otras formas de restricción, mucho más versátil y por lo tanto permite cambiar muy rápido lo qué estás haciendo para adecuarte a las circunstancias del momento, al contexto. Esa es la belleza que tienen.«

¿Cómo es una sesión de kinbaku?

«Como explico en detalle en el libro, mis sesiones tienen siempre 4 partes:

Hay una entrevista previa, que sucede antes de tener la primera sesión con cada persona, que consiste en quedar en un lugar neutro donde poder conocernos sin ningún miedo ni compromiso para determinar afinidades, expectativas y valorar la compatibilidad de intereses y posibilidades.

La fase de preparación de la sesión propiamente dicha, es como una ceremonia. Se ha convertido en algo como la ceremonia del té, y fue así por casualidad, nunca lo había pensado hasta que alguien me dijo: “esto es como una ceremonia del té en la que nos sentamos a la mesa y no sabemos quién es esa persona que tenemos delante.»

¿Quién son? ¿En qué condición están? ¿Cuál es su estado mental? ¿Cómo está su cuerpo, cómo está su anatomía? La neurología, la psicología, las emociones… ¿Quién son en este momento y qué están buscando? Es una información difícil de conseguir de buenas a primeras.

Después tenemos la fase de participación, en la que se desarrolla la sesión de bondage propiamente dicha. No hay límite de tiempo para las fases, tienen una duración determinada de forma natural, pueden ser largas o cortas. Se puede hacer la preparación, la participación, la recuperación, que es importante y la de entrevista, y entonces podemos repetir la participación, la recuperación y la entrevista otra vez en una misma sesión.

La fase de recuperación es el verdadero objetivo de la dama. Quiere llegar a un estado de euforia. Esto puede ser un orgasmo extendido, un estado de ensoñación, un estado que algunos llaman subspace, y debes ayudar a que lo disfrute cómoda y cálidamente. Todo tiene que ser relajante y tener una atmósfera agradable.

No le puedes quitar esa parte. No le dices: «vale, ahora te tienes que ir.» Eso sería muy egoista. Porque esa es la parte más valiosa para ellas. Han pasado por el proceso y ahora están sintiendo algo maravilloso en su interior. La fase de recuperación finaliza a su propio ritmo: no la aceleres, no tengas prisa.

Puedo hacer cosas para prolongarla: a menudo dejo la cuerda suelta sobre la chica y entonces realmente despacio empiezo a tirar de ella suavemente. O si pones el manojo encima y ella está respirando moviendo la cuerda, sentirá como la masajea suavemente.

Entonces hacemos la fase de entrevista cuando estamos listos. Y eso lo hacemos tomando un té, chocolate, y hablando sobre la sesión. Cómo fue, qué funcionó, qué no funcionó… y eso lleva a un cierre completo. En ese momento estás construyendo la confianza que estas personas buscan. Quieren saber que se les da honor y respeto, que no son juzgadas, y termina siendo una sesión reconfortante. Una experiencia positiva de la que salen por la puerta con una enorme sonrisa y preguntando “¿cuándo podemos repetir?”.

Pero la primera parte de la sesión es la más crítica: tienes que hacer que terminen con el deseo de volver. Ese es el objetivo principal.

Tienes que plantearlo como “esto es una cata, esto es un trailer: no voy a dártelo todo en la primera sesión”. No es que no quieras darlo todo, es que no quieres llevarlo demasiado lejos. 

Muchas chicas me preguntan “¿Y tú que sacas de esto?” Y yo respondo: «¡he encontrado la fuente de la juventud! ¡He encontrado oro! ¿Cuántos otros hombres pueden interactuar así con bellas mujeres?«

¿Una sesión de bondage implica sexo?

«Yo soy monógamo. Tengo una persona a la que amo, y tengo sexo con estas damas con las que ato. No es un objetivo, está en el menú. Y siempre lo explico así: es algo que está disponible, si así se desea.

Mis condiciones son que no estoy disponible para una relación, nada de lo que hagamos debe dañar mi relación, ni dañarnos física o psicológicamente. El sexo, si sucede, debe suceder con un contexto y con razón de ser. La mayor parte de veces no hay sexo. Puede haber felación o cunilingus, aunque hago cunnilingus de una manera que tiene más que ver con la faceta de dominación psicológica.

Así que podemos llegar a una situación en la que la dama está en tal estado que quiere tener sexo explícito y, si el momento es adecuado, entonces lo haré. Si todo se siente bien lo haré, pero no tengo por qué hacerlo, puedo «apagar» esa necesidad si quiero.

Si yo voy y digo “hoy vamos a tener sexo” es lo mismo que si dijera que voy a hacer este atado o esta estructura. No puedes hacerlo así. Tiene que ser un resultado, no una causa. El bondage de cuerdas que hago está a un nivel muy erótico. Y las chicas que vienen a mí son las que están buscando eso, porque los riggers no pueden dárselo.«

Sin utiliza el término rigger para referirse a las personas que atan con el foco puesto en el patrón de la cuerda en vez de en la interacción con la modelo.

«Cuando 50 sombras apareció, era un momento en el que el mundo estaba cambiando y muchas mujeres pudieron darse cuenta de que eran normales, se sintieron liberadas de la culpa de tener esas fantasías.

A partir de enconces estaba bien sentirse sumisas, o masoquistas, y tener estos deseos. Se normalizó, y eso fue un catalizador para la popularización del bondage de cuerdas. Ahora es lo predominante en el mundillo BDSM.

Hay mujeres que tienen que mantenerse al cargo del poder en sus vidas , y que desean ser esa chica sumisa y masoquista por unas horas. Así pueden liberarse por unas horas de ser la mujer que tiene que encargarse de todo.»

Lo importante es lo que sucede entre estas dos personas

«El bondage funciona con lo que la persona atada quiere. Y la habilidad está en descubrir qué es eso que desea. Hay mujeres con dinero que me pagan por ello. Porque quieren una experiencia totalmente positiva. Y tengo que tener mucho cuidado porque no puedo permitirme ni un error. Mi carrera terminaría completamente en un instante.

Tienes que leerlas con mucha atención y entender qué es lo que quieren. No puedes llegar y decir: «esto es lo que vamos a hacer porque yo lo digo.» Incluso con las más sumisas y masoquistas, tienes que descubrir qué es lo que va a ser lo mejor para ellas. Qué desean, cuál es la narrativa, la historia que quieren vivir.

Hablaba esta mañana con una psicóloga terapeuta en sexología, y me preguntaba cómo manejaba las chicas brat, o a las más masoquistas. Una brat quiere desafiar y busca lucha, pero es precioso, porque les dices: si haces esto, yo haré esto otro. Y entonces lo hacen porque desean recibir el casigo. En realidad controlan cómo sucede y es maravilloso. Y puedes llegar al punto donde les niegas su castigo. Porque todo va escalando hasta un punto y al final dices, pues no. Hacen, castigas, va escalando, y al final terminas con: “¡Ajá!, no te lo voy a dar porque eso es lo que quieres”. Ahí has entrado en su mente.

Las sumisas tienen su propia narrativa. A veces incluso no formas parte de ella. Por ejemplo la última chica que até en japón, fantaseaba con que su marido me debía dinero y ella estaba siendo ofrecida en pago.

Necesitamos una razón para estos juegos. Y la razón puede ser muy simple: para poder tener sexo. Pero puede ser mucho más profunda. Y la razón profunda se vuelve mucho más interesante.«

Como sabéis, me gusta terminar pidiendo algún consejo que podáis aplicar. Aunque estas charlas con Sin son un poco distintas a las entrevistas cortas que hago para las reseñas, esta vez extraemos un pequeño fragmento del libro que el autor quiere destacar para ayudar a las personas a entender qué deben buscar en la persona que les va a atar:

La importancia de tus deseos

Hablando de atadores…“Pueden no tener en cuenta tus deseos y objetivos, no tener mucho interés en lo que tú quieres. Si tienes esa sensación en el estómago y tu intuición te lo dice, puede ser un mensaje inconsciente de que estás cometiendo un error”

Tratar de encontrar alguien que te vaya a tratar como una persona que tiene sentimientos y emociones creo que es un consejo que yo también daría y doy a cualquier persona que desee ser atada o descubrir el shibari, el kinbaku, o el bondage con cuerdas.

Repitiendo las palabras de Sin, siempre digo: «busca a alguien con quien crecer juntos»

Si alguien desea ser un simple maniquí de prácticas, también está bien, por supuesto. Pero sólo si se tiene en cuenta que ése es su deseo y que existen otras muchas posibilidades que tal vez serían más satisfactorias a muchos niveles.

Tratar de que sea más fácil conocer y acceder a ese amplio mundo de posibilidades es la tarea que nos ocupa en Shibari.cat. Podéis ver el vídeo sobre los 3 artículos de la entrevista con Sin y mucha más información sobre shibari en español en el canal de Youtube.

Filed Under: Blog, Entrevista, libros shibari

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